Una casa abierta a todos: un nuevo estilo de vida.

Veerle Wenes, galerista de Amberes (Bélgica)

Navegando en internet en 2009, Veerle se topo con una finca abandonada en mitad del casco histórico de Amberes. A otros les hubiera parecido algo imposible, ambos edificios estaban en muy mal estado y tenían una arquitectura totalmente diferente, pero Veerle les vio el potencial para un nuevo estilo de vida. Con ayuda de su marido, Bob Christiaens, y del arquitecto Bart Lens, decidió combinar ambos edificios para crear un hogar en el que se fusionaran su trabajo y su vida doméstica. Ahora el estilo modernista de la galería y la arquitectura tradicional europea de su apartamento conviven formando un todo estético, unidos por un suelo de hormigón con motivos en espiga y unas ventanas que llegan al techo y dan paso de unos espacios a otros.

No resulta sorprendente que Veerle se formase como arquitecto. ¿A quién más se le podría haber ocurrido ese espectacular atrio lleno de luz que conecta la galería de arte de estilo brutalista hecha de hormigón con su hogar, un antiguo taller del siglo XIX? Del mismo modo que no se percibe la transición de un edificio al otro, la líneas se siguen desdibujando en el espacio de la galería. Veerle ha sido reconocida por su manera de reinventar disciplinas artísticas y su forma de recrear objetos, y su casa tiene un aire de gran salón contemporáneo: es un espacio en el que tanto los negocios como los placeres se desarrollan alrededor de la mesa de la cocina.

Habiéndote formado como arquitecto en Cannes, ¿cómo has acabado de galerista en Amberes?
La arquitectura es una de las manifestaciones artísticas más importantes, pero para mí era demasiado lenta desde un punto de vista creativo. ¡Me gustan las cosas que van rápido! Por eso me fui al diseño gráfico y la comunicación, porque hay que ser creativo a un ritmo muy rápido. Teníamos que coger lo que se llevaba en cada momento y traducirlo a conceptos. Para mí esos conceptos eran más importantes que cualquier campaña publicitaria que hiciéramos.

Tuviste una empresa de diseño y comunicación durante veinte años, ¿cómo pasate de la publicidad al arte?
Soy una persona que se deja llevar por su intuición muy rápido, así que cuando me pidieron hacer una exposición, fue algo maravilloso. Yo venía de la nada, pero ahora estaba codeándome con los directores de los Museos de Arte y Diseño. Nunca habían expuesto nada juntos, y no lo han vuelto a hacer desde entonces. Hubo cuarenta artistas y diseñadores trabajando entre los dos museos, ¡una combinación de disciplinas fabulosa!

Ese cruce de disciplinas se ha convertido en una seña de identidad para ti y para tu galería. ¿Crees que esa exposición fue el catalizador que te permitió convertirte en galerista?
En aquel momento, pensaba que si algluna vez cambiaba de carrera profesional, sería para trabajar de forma independiente con gente creativa. Cuando te dedicas a la comunicación, tu creatividad se usa para vender los productos de la persona que te paga. Así funciona nuestra sociedad. Tras veinte años, quería hacer algo para lo que no dependiera de otra gente. Algo que no dependiera de los clientes o el dinero.

¿Y ese algo fue la galería?
Desde el mismo principio, nunca quise que Valerie Traan fuera una simple galería de arte, porque creo que ya hay muchas galerías buenas y no quería ser una galería medio buena más. En mi profesión el diseño y la arquitectura son muy importantes, pero el arte también lo es. Así que decidí ponerle un subtítulo a mi galería: "Sujetos y Objetos". En mi opinión, los objetos deberían contar una historia, si no no hay razón para exponerlos.

¿Cómo decides qué exponer y a quién exponer en la galería?
Siempre he apostado fuerte por aquellas cosas que me parecía que se lo merecían. Cada exposición es para mí tan importante como las demás. Cuando empiezo una exposición o un colaboración con un diseñador, un arquitecto o un artista, siempre es porque siento que nos entendemos.

¿Así que crees que ese entendimiento es el secreto del éxito?
El éxito es un concepto muy relativo. El éxito es lo que sientes tras una exposición. Puede que no llegues a vender nada, pero que sientas que ha sido un éxito de colaboración entre personas, un éxito de encuentro, un sentimiento de éxito, o una historia con éxito. Como ya tengo una edad, los motivos de mi galería son muy diferentes de los que tendría alguien con treinta años.

Dada tu situación en la vida y en el trabajo, ¿dirías que tienes una vida particularmente pública?
Soy una persona muy concienciada con la privacidad. Pero cuando la galería está abierta, ¡la gente puede entrar y ver todo! Quizá sea por eso que decidí lanzarme cuando encontramos este lugar, y no antes. Porque necesitaba el espacio adecuado para ello.

¿Por qué elegiste Amberes para poner la galería, en vez de Gante, donde vivías antes?
My marido trabaja en Amberes. Y no se si lo sabes, pero ¡a un hombre de Amberes no le haces moverse! A veces pienso que a la galería le iría mejor en Bruselas o en París, pero allí te encontrarías otros problemas. En París los gastos son desorbitados. Si estás en Bruselas, no puedes vivir en el mismo espacio. Así que creo que Amberes fue una decisión que tomé de forma pragmática por amor.

¡El amor es un buen motivo para acabar donde sea! ¿Podrías explicarnos brevemente la historia de estos edificios?
El espacio de la galería era un lugar donde ponían muebles en exposición, y este otro espacio era un taller de unas monjas. Hacían sujetadores. Imagínatelo, ¡monjas haciendo sujetadores! Era un lugar de trabajo, pero lo reformamos y lo convertimos en un hogar. El espacio de la galería se construyó en 1979, y es un gran contraste porque es un ejemplo clásico de modernismo hecho de hormigón.

Se ve que ahora forman un todo, pero obviamente debiste hacer una reforma radical antes de mudarte.
Colaboramos con nuestro amigo, el arquitecto Bart Lens, para unir ambos edificios de un modo que resultase simpático y moderno. Lo tuvimos claro desde el primer momento en el que vimos el espacio, queríamos vivir en la casa en la parte de atrás, y tener la galería en la parte de delante.

¿Cuál es el rincón más importante de tu casa?
Este, la cocina. Siempre estoy aquí. Es como mi despacho pero también comemos aquí con familia y amigos. Este es el espacio más importante.

¿Así que la mesa de la cocina, con sus diferentes usos, es el corazón de tu hogar?
Eso es. Siempre estamos aquí, alrededor de esta mesa. La buena comida es muy importante. Creo que la gente que trabaja en la gastronomía, no en la gastronomía de alto nivel, sino en la producción de alimentos en entornos suburbanos, de verdad son críticos. Lo que hacen no es simplemente una nueva moda, o un producto, es el futuro. Por eso la mesa es uno de los elementos más importantes de la casa, porque forma parte de ese futuro.

Tu carrera profesional te ha llevado a desarrollar diversas actividades creativas, ¿crees que ser galerista va a ser la última de ellas?
A veces pienso que debería hacer otra cosa. Pero cuando comienzas algo que echa a rodar, tienes que rodar también. ¡Seguro que hay otra manera mejor de expresarlo! No puedes pensar en parar, porque si no te quedarás parado. A veces es agotador, porque más éxito supone más trabajo. ¡Pero es por ese trabajo precisamente que lo empezaste todo!