Aroma del café: un regalo de la naturaleza que merece la pena cuidar

¿Sabías que en el mundo se consumen cada día 2,6 billones de tazas de café? Esto supone hablar del segundo producto más comercializado del mundo, solo por detrás del petróleo. La cifra parece espectacular, pero es que analizar los números que mueve el café da para mucho más; por ejemplo, se calcula que un 20% de los consumidores se preparan hasta 5 tazas diarias. ¿Y cuáles son las señas más reconocidas mundialmente de una buena taza de café? Una pregunta que no deja espacio a la duda: el aroma. Y el sabor, por supuesto, pero la segunda no es posible sin la primera.

A nada. No obstante la afirmación es matizable: no huele a nada cuando el grano de café todavía está verde. De hecho, casi no tiene ni la característica forma del grano, ya que nacen dos juntos. Recién recogido nunca dirías que de ahí saldría una taza. Y es que hasta que no pasan por el tostador no es cuando entran en juego el millar de componentes diferentes que confeccionan una especie de mosaico perfecto de aroma, sabor y textura.

Y ahora te vamos a dar dos nombres que, posiblemente, no conocías hasta el día de hoy: Oxazol y Pirazina. Son dos compuestos volátiles que aparecen cuando se tuestan los granos de café, y responsables directos del aroma final. El tostado es un proceso que se lleva a cabo con temperaturas oscilantes de entre 200 ºC y 250 ºC, y aquellos que tienen a sus espaldas la responsabilidad de este paso fundamental conocen muy bien la denominada reacción de Maillard para que nada salga mal.

Además de adquirir, ya por fin, todas sus propiedades organolépticas, cuando se llevan los granos al tostador (algo que no es fácil hacer en casa, razón por la que te recomendamos comprar granos tostados muy recientes) ocurren varias cosas importantes para el resultado final que obtendrás en la cafetera:

• El agua se evapora por culpa del calor, así que el grano pierde peso.

• Evidentemente cambia de color. En su origen es verde y tras el tostado es más o menos oscuro. Todo depende del nivel seleccionado (bajo, medio o alto).

• También aumenta el tamaño por la acumulación de gases.

Y así es como se obtienen los granos tostados de café. Comprarlos enteros es el camino más sencillo para disfrutar de todo su aroma y sabor, puesto que la propia 'cascara' los protege hasta el día de consumo. Para ello es imprescindible tener un molinillo en casa. Pero no todo está perdido en caso de adquirirlo ya molido: consérvalo en un recipiente que haga vacío y evite el contacto del café con el oxígeno. Así lo estarás protegiendo de la oxidación y la humedad.

Tomando como referencia las 2,6 billones de tazas que se consumen diariamente en el mundo, es fácil concluir que pocas personas renuncian, por ejemplo, a comenzar la mañana con un café. Pero hacerlo con una taza a otro nivel requiere de la cafetera adecuada. No hace mucho te hemos contado que un molinillo es el complemento imprescindible para cuidar el grano de café, pero también lo es la cantidad agua necesaria para la infusión o el manejo de la temperatura más adecuada. Deja que sean los baristas profesionales los que se empapen de estos datos y tú disfruta del poder de una cafetera superautomática en casa.

Por ejemplo, con el modelo inteligente EQ.9 plus de Siemens solo tienes que pulsar un botón para seleccionar una de las 22 especialidades diferentes que ofrece. ¿Te gusta la personalización para dar más intensidad? El Modo barista lo pone muy fácil.

Pero cuando hablamos de llevar el café a otro nivel no nos quedamos únicamente en el manejo desde el móvil o la personalización: hablamos de contar con una avanzada herramienta que gestione correctamente todo lo relacionado con el aroma y el sabor. Por eso, en Siemens hemos creado la innovadora tecnología iAroma, un sistema que controla el molinillo cerámico (para moler el diámetro exacto), el calentador inteligente (que elige siempre la temperatura correcta) y la bomba de agua (garantía de la infusión perfecta).

En Siemens queremos muchas cosas para ti y una de ellas, como has podido comprobar, es que disfrutes cada día del café más perfecto que hayas preparado nunca.