Tener una placa mixta de gas e inducción en la cocina es una gran decisión por muchos motivos. Desde el punto de vista estético, se trata de una combinación que aporta una fuerte personalidad a cualquier hogar. Y a la hora de cocinar, disfrutar simultáneamente de las ventajas del gas y de la inducción es todo un lujo. ¿No sabías que existe esta posibilidad? No te preocupes porque te hablamos de ello a continuación.

¿Por qué una placa de inducción?
Por su rapidez, seguridad y eficiencia. Este tipo de placas son, sin ninguna duda, una de las mejores revoluciones en la cocina. En primer lugar, el funcionamiento de una placa de inducción es relativamente sencillo. Y, además, como te contamos, son bastante seguras. Por ejemplo, el calor se transmite directamente a un recipiente de base ferromagnética, de forma que el cristal no alcanza temperaturas tan altas como en una vitrocerámica, ni tarda tanto tiempo en enfriarse. Otro aspecto relevante muy relacionado con ello es la limpieza: los alimentos no se queman sobre el cristal, y además la función de limpieza específica bloquea el control durante 20 segundos, mientras la cocina está encendida, para limpiar los líquidos derramados.
Deberías saber también que, a diferencia de las vitrocerámicas, la inducción utiliza el 75% de la energía que genera para producir calor. Esto se traduce de forma directa en una velocidad de calentamiento increíble y en un importantísimo ahorro en la factura energética y el consumo de luz. Se calcula que la reducción llega a alcanzar un 20%.
¿Por qué una placa de gas?
Las placas de gas continúan teniendo un mercado importante. Para muchos cocineros es el tipo ideal, sobre todo para aquellos amantes de la elaboración a fuego lento y con recipientes más tradicionales como las cazuelas de barro. No obstante, hace mucho tiempo que las placas de gas dejaron de ser consideradas como antiguas. Su sofisticación se ha elevado bastantes grados gracias al diseño y materiales como estos:
- Las placas de gas con cristal vitrocerámico negro, por ejemplo, resisten mucho mejor las altas temperaturas, aumentando también el nivel de seguridad.
- El cristal templado en negro o metalizado, por otro lado, aporta un aspecto singular a tu cocina, aunando tecnología y todo lo bueno de cocinar con gas.
Incluso es necesario decir que, a diferencia de lo que muchos piensan, las placas de gas pueden ser rápidas y eficientes: apenas emiten unos 200 gramos de CO2 por cada kWh. Y gracias a la tecnología el control de la llama dejó de ser un problema. Con stepFlame, una prestación incorporada en todas las placas de gas Siemens, controlas la potencia de la llama con una precisión que nunca has visto. La vieja costumbre de jugar con el control de potencia queda ya como un recuerdo del pasado. Es más, se trata de un sistema de control equiparable a la precisión que se logra con una placa de inducción.


¿Y una placa mixta de gas e inducción?
Teniendo en cuenta todo lo explicado hasta el momento, ¿no sería una magnífica decisión tener ambas tecnologías en la cocina? Una placa mixta de gas e inducción es más que posible: conocidas como placas dominó, estas son perfectas para los que no saben por cuál decidirse.
Es una opción menos conocida en el terreno de diseño de cocinas, pero llena de ventajas por explorar. La principal y más importante es que las placas modulares te dejan personalizar al máximo la zona de cocción. Las combinaciones son tantas como puedas imaginar: una placa de inducción de mayor tamaño con otras más pequeñas; un módulo de gas para cocinar en wok junto a una placa de cocinado profesional a la plancha, o una placa para grill junto a cualquiera de las otras ya mencionadas. Lo más difícil siempre será hacer la elección.
¿Alguna vez habías pensando en una placa mixta de gas e inducción para poner la guinda de tu cocina? Desde el punto de vista de los electrodomésticos ya has podido comprobar que es del todo posible. ¡Solo tienes que dar el paso! Elige los módulos que más te gusten y disfruta de todas las técnicas a tu manera.